23 septiembre 2021

Primera Jornadas de Módulos. Textos - Andrea Maldonado.

                                       

                                                 El niño en la sexualidad femenina


    Investigar la sexualidad femenina es una cuestión preliminar al análisis con niños, trabajo con esos Otros significativos que encarnan las funciones materna y paterna. El niño llega al mundo como producto del deseo de los padres; de una mujer en tanto que madre, y de un hombre por esa mujer a la que hace madre. El advenimiento del niño como ser hablante se jugará en relación con su madre y con lo que ella es en tanto que mujer.
    Freud (1931) divide la vida sexual de la mujer en 2 etapas, una masculina en relación a la madre, otra femenina en relación al padre. Plantea 3 vías posibles frente al reconocimiento de la castración:
    1- Apartamiento general de la sexualidad.
    2- Complejo de masculinidad.
    3- Actitud femenina que acepta la castración y resuelve la envidia de pene en deseo de pene, orientado al padre.
    La ecuación pene-niño es la clave de lo femenino, y la maternidad será la sustitución vehiculizada por la significación fálica que llama “ecuación simbólica”. Pero Freud vislumbra que la lógica fálica no es suficiente para dar cuenta de la sexualidad femenina, “continente negro” enigmático.
    Por su parte, Lacan a lo largo de su enseñanza, presenta 3 lógicas para este proceso; la 1ra sigue a Freud logificando el complejo de Edipo en términos de metáfora paterna, la 2da expone una sexuación a partir del fantasma y del objeto a, con su doble función de causa del deseo y condensador de goce, y la 3ra presenta las posiciones sexuadas a partir del goce.
    Partiendo de la lógica fálica, sitúa el problema femenino en la madre-mujer, división entre tener el falo, que se juega en el deseo de niño, y serlo para un hombre. La dimensión de ser el falo implica jugar los semblantes femeninos de la mascarada, y requiere del pasaje por la castración, es decir la falta en ser.
    En el Seminario 4 (1956), Lacan destaca que la madre se sitúa como marcada por esa falta fundamental, que trata de colmar. “La situación entre la madre y el niño supone que éste ha de descubrir aquella dimensión, el deseo de algo más allá de él mismo por parte de la madre, es decir más allá del objeto de placer que siente que es para la madre, en primer lugar, y que aspira a ser” (pág. 243).
    Se pregunta cuál es la función del niño para la madre con respecto al falo como objeto de su deseo, y propone que ésta puede sostenerse en dos líneas:
• Falo metafórico; donde cumple la función de metáfora de amor por el hombre, que se da cuando la mujer acepta su falta en tener y se dirige al padre y de allí al hombre para que le done al niño.
• Falo metonímico; donde el cuerpo del niño sustituirá al falo anhelado, cuando la mujer no acepta su falta en tener.
    Ubicar cuál es la función del niño para la madre con respecto al falo resultará muy orientador en la clínica. Miller (2005) sitúa la sustitución del niño por el falo y la identificación del niño varón con el objeto imaginario del deseo femenino. Dice que la madre “…sólo es suficientemente buena si no lo es demasiado, sólo lo es a condición de que los cuidados que prodiga al niño no la disuadan de desear como mujer” (Pág.2). Pone al niño en relación con la madre y con lo femenino que hay en ella, completándola y a la vez dividiéndola.
    El niño se preguntará no solamente por el Deseo de la Madre, sino también qué quiere en tanto mujer. De las respuestas a estas preguntas dependerá cómo anude la estructura y se posicione sexualmente.
    Pero esta lógica no da cuenta del goce en juego, que requiere de la conceptualización del fantasma para encontrar su lugar; una mujer ocupa para un hombre el lugar de objeto en su fantasma, y a su vez, una madre tiene objetos fantasmáticos encarnados en sus hijos. Lo femenino se juega en ese no-toda madre y no-toda mujer.
    M-H Brousse (2019) platea que lo que en el discurso común aparece como lo más femenino, en realidad está en posición masculina para el ser hablante, ya que la madre está del lado del universal, es decir, del lado masculino de las fórmulas de la sexuación. Pero más allá del deseo de la madre hay un goce femenino, que queda fuera de esta reducción al universal del goce materno.
                                                                                    
                                                                                                                                                                                                                                                                            Maria Andrea Maldonado
                                                                                                      Modulo FDF. Resp.Elvira Escalante
 ------------------------------------------------------------------                                                                                     
 Bibliografía
• Brousse, M-H (2019), “Vaciar la madre”, en Bitácora Lacaniana ¿Qué madres hoy? Olivos: Grama Ediciones.
• Brousse, M-H (2019), “Madres públicas, mujeres secretas”, en Bitácora Lacaniana ¿Qué madres hoy? Olivos: Grama Ediciones.
• Cazenave, L. (2020) “¿Qué plantea el niño al psicoanálisis?”. Buenos Aires: Instituto Clínico de Buenos Aires.
• Freud, S (1931), “Sobre la sexualidad femenina”, en Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu editores, 2004.
• Lacan, J (1956-1957) “El Seminario, Libro 4: La relación de objeto”. Clase XIV, “El significante en lo real”. Buenos Aires: Paidós.
• Lacan, J. (1967) “Nota sobre el niño”, en Otros Escritos. Buenos Aires: Paidós.
• Miller, J-A. (2005) “El niño, entre la mujer y la madre”. En Virtualia, revista digital de la Escuela de la Orientación Lacaniana. 
                                    

                                                                                      

Primeras Jornadas de Módulos. Texto - Ricardo Gandolfo


                                                La neurosis y la ética


     Leo en la Gran Ética de Aristóteles:” La justa indignación, en griego némesis, es el medio entre la envidia, que se desconsuela al ver la felicidad ajena, y la alegría malévola, que se regocija con los males de otro. Ambos son sentimientos reprensibles, y sólo el hombre que se indigna con razón debe merecer nuestra alabanza. La justa indignación es el dolor que se experimenta al ver la fortuna de alguno que no la merece; y el corazón que se indigna justamente es el que siente las penas de este género.                       Recíprocamente se indigna también al ver sufrir a alguno una desgracia no merecida”
    En este punto comprobamos que el accionar humano es contrario: nos alegramos del mal ajeno y envidiamos sin vacilar la felicidad del otro. Aunque se admira la grandeza del pensamiento aristotélico también se evidencia, su dificultad en pensar un sujeto humano más ajustado a lo real. El que se divide ante la desgracia del otro y no puede quedarse tranquilo con la plenitud del prójimo.
    He dado – como se habrá notado – dos de las características centrales del deseo en las neurosis tal como las enuncia Jacques Lacan en la Dirección de la Cura y los Principios de su Poder (1958) repartiendo para la histeria y para la obsesión cada una de estas notas. El sufrimiento subjetivo de las neurosis, es, me parece, lo que pone de manifiesto la dimensión ética de un análisis.
    Como escribió en su Seminario 7, La Ética del Psicoanálisis: “¿Qué debemos hacer para obrar de manera recta, dada nuestra posición, nuestra condición de hombres?”- agregando más adelante-  “Este llamado me parece muy difícil de cuestionar cuando nuestra acción de todos los días nos sugiere que no estamos muy lejos de eso (…) en su comienzo se presenta con caracteres de demanda, de llamado, de urgencia teniendo una significación de servicio que nos pone mas al ras del suelo en cuanto al sentido de su articulación ética” - para concluir que -  “esto no cambia nada sin embargo el hecho de que podemos al fin de cuentas (…) encontrarla en su posición integral; aquella que ha sido desde siempre el sentido y el propósito de los que han reflexionado sobre la moral (…) que han intentado articular las éticas”
     De esta manera asignar un cometido ético al psicoanálisis no es agregar a él una deontología, ni una moralina, sino colocarlo en la vía de la decisión que es precisamente lo que el neurótico elude y por eso se fija en el semejante para desconocer - envidia o alegría malévola mediante-  el goce que lo habita.
    La dimensión ética del análisis se confunde con su cura: en definitiva, alejados de los espejismos de la moral, se trata de decidir como sujetos que somos, lo que vamos a perder para alcanzar una dignidad novedosa. La neurosis es, decididamente, un drama subjetivo que debemos colocar en una dimensión ética y no psicológica.                                                                                   
    No es extraño que un sujeto así no se sostenga más que en la insatisfacción o en la imposibilidad.

                                                                           Ricardo Gandolfo (Módulo Clínica de las Neurosis)

26 septiembre 2020

Boletín Al-a-limón N° 12 Gustavo Stiglitz

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*Nuevos fundamentos de la identificación
Gustavo Stiglitz       
     El tema de las identidades y las identificaciones es central para analizar la polarización social. En el texto “El traumatismo del final de la política de las identidades”, Éric Laurent cita a Lacan en Acerca de la causalidad psíquica, de 1946, cuando se refiere a las primeras elecciones identificatorias del niño, para decir que “no determinan otra cosa que esa locura, gracias a la cual el hombre se cree un hombre”.
     Hay algo loco en la identificación, o al menos irónico, ya que en ella se trata de tapar el vacío de la identidad con los significantes de un Otro que no existe. A partir de allí, de la elección de los significantes para tapar el vacío de la identidad, queda abierto el campo para la tolerancia o la intolerancia a la diferencia, en un abanico que va desde la convivencia más o menos pacífica, más o menos segregativa y violenta, hasta la violencia desenfrenada como efecto de un horror a la diferencia.
     Lo que aprendimos sobre todo a partir de las masivas movilizaciones en Brasil en 2013, es que hoy existe un modo de hacer masa distinto a la identificación con el rasgo del ideal. Una masa sin consigna ni rasgo identificatorio comunes. Esa es la cuestión que investiga en el texto. En aquellas movilizaciones había quienes decían que no sabían exactamente cuál era su reclamo, qué los llevaba a manifestarse, pero sí sabían que debían estar ahí.
     Más que por la identificación a un rasgo común ubicado en el ideal -como se constituían las masas en la primera mitad del siglo XX-, ahora se trata de dónde poner los cuerpos y con qué cuerpos resuena el de cada uno. Es como un fracaso de la lógica de los prisioneros. En el Aserto… cada uno suponía un saber en el otro a partir del cual calculaba sus propios movimientos.
     Hoy la suposición que genera polarización es de tinte paranoico, “el otro quiere mi mal”. Esto va de la mano de la caída del patriarcado, entendido como la organización social y distribución de los goces operada por el Nombre del Padre de la tradición. Aclaro “de la tradición” porque en cuanto función, algo sigue operando en la organización de nuestras sociedades. La familia, por ejemplo, no ha desaparecido sino que, al contrario, todo el mundo reclama su derecho a formar una, del tipo que sea. Entonces, hay un operador, pero no es el tradicional. ¿Lo seguimos llamando Nombre del Padre o no? Eso da para un gran debate.
     J-. A. Miller señaló en una entrevista publicada en Cités en 2003, que la política procede por la identificación, manipulando los significantes amo para capturar a los sujetos. Lo que ha cambiado es el fundamento de la identificación, que ya no es a un rasgo ubicado en el ideal sino que implica las resonancias del goce en los cuerpos, las pasiones.
     E. Laurent se refiere entonces a la identificación “que funciona en el registro de un cuerpo político producido en calidad de existencia lógica, atravesado por las pasiones fantasmáticas”. Esto no es fácil de entender. ¿Captamos su originalidad y profundidad? ¿Cuál es su precisión sobre la constitución de una masa? Va en la línea en que Jacques-Alain Miller elucida la última enseñanza de Lacan. Es decir, pasar de la idea de un fundamento simbólico del sujeto y el grupo, a su fundamento real. Se trata de poner en el centro al cuerpo y sus pasiones, las versiones identificatorias vienen luego. Tenemos así al vacío simbólico de las identidades y a las pasiones y sus objetos que van a ese lugar. La pregunta es si hay ahí una nueva alianza de la identificación y la pulsión.

*Fragmento de la entrevista publicada por Freudiana N° 88, revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis - Catalunya, quienes junto al autor autorizaron amablemente esta publicación.

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05 septiembre 2020

Boletin Al-a-limón N° 11 Edit Tendlarz



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La razón de una vida: la pintura

Edit Tendlarz*      



Me propongo en este texto un entrecruzamiento entre la mirada y el cuerpo. Creo que solo así podremos obtener algún avance en psicoanálisis de la mano de un “saber hacer”, que se pone de manifiesto, en cada uno de los artistas con los que estoy trabajando especialmente en el  Malba. Artistas como Camille Claudel, Ana Mendietta y María Martins.

En este caso la artista es una mujer. Y estamos en camino de situar como se plantean en este momento las marcas propias de la función del objeto artístico en la economía subjetiva de la artista que nos convoca en esta oportunidad.

Se trata de Frida Kahlo. Frida es, reconocidamente, una de las mujeres más importantes del siglo XX. Su vida ha sido marcada por el arte, el dolor, el sufrimiento, el amor y la política.

Inválida, postrada en la cama, hizo uso de la pintura para expresar y expresarse. Por un increíble talento, la pintura la trasformó en una artista.

Frida  logró construírse a si misma a partir de la invención. El psicoanálisis apunta a poder crearse en su singularidad sin ofrecerse al extravío en la rivalidad de las otras mujeres.

¿Por qué reitera Frida el autorretrato?

Nos valdremos de este elemento, su arte, para pensar cómo Frida armó su aquello que pudo anudar su cuerpo. Un cuerpo despedazado por la poliomielitis y luego por un accidente, a lo que se sumaron las sucesivas intervenciones quirúrgicas a las que fue sometida. Un cuerpo fragmentado, un cuerpo deshecho en  piezas sueltas.

Escuchemos lo que nos dice de la experiencia de su cuerpo “Mi cuerpo es un marasmo. No puedo escapar de él. …Mi cuerpo me abandonará, a mí, que siempre fui su presa.” Su cuerpo, que en la diacronía del tiempo, fue quebrado, lastimado, herido, sometido a cirugías reparadoras y a prótesis, desplazado en sillas de ruedas y hasta en sus últimos días en camillas, pudo ser rearmado a partir del arte de la pintura.

  En la obra pictórica total proliferan como autorretratos: cuerpos que son registro y símbolo de su vida marcada por mutilaciones y enfermedades. De esta manera, Frida logra armarse un cuerpo. Recordemos a Lacan en su Seminario XI cuando nos dice :“El pintor entrega algo como alimento al ojo de quien lo mira, invita a deponer su mirada ahí”.

Llegar a tener un cuerpo supone un vínculo con el lenguaje a partir del cual este cuerpo será experimentado de una u otra forma. De modo que no somos un cuerpo, sino que sólo llegamos a tenerlo.

¿Qué hace con la mirada?  Con la mirada Frida puede organizar la envoltura que le otorga un cuerpo. ¿Qué hace con ese objeto que pudo ser extraído de su cuerpo? Lacan sostiene que el pintor pinta con el objeto a, deja la mirada en el cuadro, tal como el pájaro pintaría con sus plumas o una serpiente con sus escamas. A Lacan le interesa el arte concebido como un semblante que encubre lo Real.

Lo dice de esta manera: “Lo fundamental es que el arte como objeto a se ubica en el lugar en donde escribimos el goce perdido” y en ese espacio , el artista en su obra ofrece algo de sí mismo que es material.

Lacan, cuando se refiere a la experiencia del cuerpo nos dice que primero es la adoración, es decir adorar el cuerpo propio- una suerte de amor primario, no al A.

Una adoración a sí mismo.

Esto no es lo que ocurre con Frida. Ella padece de un cuerpo que la encierra. Un cuerpo sufriente. Un cuerpo dolido.

¿Qué ocurre cuando la pintura logra, la producción de un cuerpo, que deja de ser mera experiencia fragmentada, para ubicarse como un  cuerpo unificado? Ella trata de armarse con la pintura de los autorretratos.

Es importante que recordemos la necesidad que subraya Frida de pintar-se.  A diferencia de Joyce, que con su obra pudo armarse un escabel donde se monta y construye un ego de reemplazo.

Frida, en cambio con el arte de su pintura logra atrapar una mirada que la organiza como cuerpo.

Dice Frida: “ Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo, que solo me deja tranquila el saber que he sido auténtica, que he logrado ser lo más parecido a mí misma que he podido”.

Es interesante leer como ella misma acentúa el aspecto de semblante de esa identidad construida que se reitera en los autorretratos de las dos Fridas.  Ella adquiere un ser a través de construirse un cuerpo, tenerlo por la pintura. Es desde aquí que podemos sostener que hay en Frida una consistencia imaginaria.

Por otro lado, los invito a detenernos en este párrafo, justamente en ese punto donde ella no dice yo, sino que muestra una distancia entre ella misma y la imagen que arma a partir de la pintura. Hay una distancia, ella lo marca muy bien, entre el ser y el parecer. Subrayando el intervalo que hay entre ambas.

Muestra su capacidad de invención, partiendo de este comienzo tan difícil que afecta la integridad de su organismo. Una mujer que con retazos de su historia, con piezas sueltas de su cuerpo roto, logra a partir de su pintura darle una envoltura a su cuerpo. El arte se vuelve el soporte de su puesta en escena permanente, ella con muletas, o con su doble, o con su médico, o con su corsé de hierro.

La artista se divierte en reduplicar las formas, como si siempre llevara el espejo que le dio su madre hasta el espacio íntimo del atelier, que es también su misma habitación, y aun su lecho desde donde se desplegaron la mayoría de sus performances. 

Lo que hizo Frida con su cuerpo es justamente lo que hizo con el arte. O, para decirlo de otra manera, es a partir del arte que Frida pudo  reconstruir su cuerpo como objeto.

¿Cómo pudo rearmarlo?  ¿Por qué pintarse? ¿Por qué la predominancia de los autorretratos?

Las representaciones que surgen en la obra de Frida, son representaciones, muchas veces oníricas, alegóricas, marcadas por símbolos. Es una obra caracterizada por la exuberancia de retratos y autorretratos, de Fridas muchas veces multiplicadas en la misma tela.

Si bien es cierto que el cuerpo ha sido siempre tema y objeto de la creación artística, figura privilegiada en la pintura, en el caso de Frida es a partir de la creación artística y también de la escritura, donde su diario íntimo acompaña, con lo que ella pudo armarse una nueva subjetividad.

Su obra ha conmovido al mundo. En la repetición de las Fridas la artista ha se ha ido transformando. Ha podido hacer resonar con su pincel el cuerpo del A.

Es de esa misma manera que logra tomar una perspectiva a partir de una distancia entre su cuerpo como experiencia de un cuerpo roto y la imagen que le da consistencia.

Ahora, sería interesante que podamos preguntarnos qué es el cuerpo para el psicoanálisis.

Desde el psicoanálisis no sostendremos que es un cuerpo afectado por el dolor sino un cuerpo afectado por el lenguaje. El dolor de Frida ha sido tramitado por el lenguaje.

Ese cuerpo imaginario ha tenido cierta consistencia a partir de lo Simbólico, desde sus pinturas, su diario, su correspondencia con su médico.

Hablar con el cuerpo es lo que caracteriza al parletre, con lo cual se trata siempre de acontecimientos discursivos.  El de Frida es un cuerpo que también goza , que es un cuerpo viviente, un cuerpo vivo.

Tenemos así el goce que adviene al cuerpo como una operación efecto del significante.

A partir de la confluencia de las operaciones de lo Simbólico, lo Imaginario como lo Real, que están presentes en Frida, es que desde el psicoanálisis podemos sostener que Frida ha logrado armarse un cuerpo.



* Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Argentina de Salud Mental.

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22 agosto 2020

Boletin Al-a-limón N° 10 Nancy Serrano

  

 

Sobre la presencia del psicoanalista en los dispositivos jurídicos de atención violencia de género.  
                                                                                                                       NANCY SERRANO*     

     
               
En este impasse mundial en donde impera el aislamiento por la pandemia, la visibilización de un síntoma social como la “violencia de género” ha crecido y a modo de mantra escuchamos en los medios periodísticos: “Ud. puede ayudar a salvar una víctima ayudándola a denunciar”.  Si bien esta es una sencilla invitación a que cualquier ciudadano pueda solidarizarse con estas situaciones, dicho slogan es sólo la punta de un iceberg.
Aún con el Estado haciendo cumplir sus proyectos de leyes y la creación de dispositivos jurídicos de atención que intentan poner freno a esta problemática, existen condiciones subjetivas en los seres hablantes que hacen que estas medidas sean insuficientes.
En la actualidad, situar el tratamiento de lo femenino con ficciones jurídicas como “feminicidio” y “violencia de género”, que denotan el malestar actual en la civilización, nos interpela no sólo a revisar nuestros conceptos sino a considerar varios tópicos referentes a nuestra práctica.
Teniendo en cuenta que las leyes, que siempre se han regido por un universal, sin distinciones de sexo, raza o género, en el caso del homicidio hacia una mujer colocan a ésta en un lugar superlativo. Sabemos que el género ha sustituido al sexo como significante amo y aunque nuestra orientación no participa en los estudios de género ni se inscribe en su lógica, lo hace en el de la diferencia entre los sexos.
La relación sexual que no hay, la existencia de dos sexos que gozan cada uno a su modo si bien constituyen el fundamento del lazo social producen a su vez que toda relación al otro sea siempre sintomática. Dice Miller “…lo que las mujeres consideran el vacío del ser las coloca en una cierta disponibilidad respecto al fantasma del hombre que pueden deslizarse a situaciones de maltrato”. (1)
Debemos considerar la paradoja que constituye que cuanto más progresistas son las leyes que corroboran estos derechos se produce un aumento de las modalidades de rechazo hacia lo femenino que se patentizan hasta llegar a provocar en algunos casos el daño grave al cuerpo del partenaire e incluso dar lugar a la muerte física. Eric Laurent nos recuerda: “que los hombres no saben qué hacer con el cuerpo de una mujer y entonces tienen la tendencia a marcarlo;.. esta marca se declina sobre un abanico en la vertiente del placer y de un goce absoluto que puede ir hasta la destrucción del cuerpo del otro”. (2)
A la categoría de víctima como clasificación jurídica se le suele añadir un significante que insiste desde el feminismo contemporáneo, dando lugar al “empoderamiento femenino”. De este modo desde el discurso social se orienta a la mujer a posiciones extremas: de la debilidad al poder, verificándose que más allá de una pacificación que una ley tuviera como efecto, se produce un aumento en las tensiones agresivas a modo de una “guerra entre los sexos” (3). Los dispositivos de atención estatales de la problemática de género nos ofrecen como analistas, la posibilidad de escuchar los avatares que sufren las mujeres ante estos cambios, sus acomodamientos y sus rupturas subjetivas, desde donde se demanda al Otro social una solución “toda” al sufrimiento que generan los vínculos mediatizada por la compulsa a denunciar.
Se pone en evidencia una casuística de mujeres que ejercen un nuevo poder en el deseo de dañar al hombre que las dejó de amar y se fue con otra, por ejemplo, utilizando para ello la ley que se diseñó para ampararlas. Otras veces nos encontramos con la clínica de las psicosis, entre ellas, la paranoia, en los que la pareja o cualquier sujeto dentro del entorno familiar, es susceptible de encarnar el “Otro malvado” y ser considerado como un caso jurídico de violencia familiar en un tribunal.
Para el psicoanálisis se trata de cómo cada uno a su manera, inventa su propia solución a ese real sexual que es sin ley, ésta podría enunciarse como “la ley universal de la no- relación sexual, aquella que nos dice que no hay armonía ni adecuación en las relaciones sexuadas entre los seres hablantes”.(4)
Para los psicoanalistas en su praxis, la invitación es a interpretar y saber leer las marcas  imaginarias, simbólicas o corporales que presentan los sujetos, cada uno como “víctima de su propio goce”. Una posición posible sería la de entablar una relación de extimidad respecto de las instituciones para no quedar atrapados en los discursos hegemónicos ni tampoco ir a contrapelo de los mismos, se trataría hacer resonar de otra manera lo que se escucha, en una clínica del uno por uno, involucrándonos como “analistas ciudadanos” y a la vez sensibles a las diferentes formas de segregación y sufrimiento social.

*Practicante de psicoanálisis- Docente del Cid Salta (IOM2)- Psicóloga en la Oficina de Violencia familia y Género (poder judicial de Salta)

BIBLIOGRAFÍA GENERAL:
Greiser, I; “Sexualidades y legalidades” Psicoanálisis y derecho- Ed. Paidós- Año 2017
Miller, J-A; “Cuando el Otro es malo …”- Ed. Paidós- Año 2011-
Sawicke, P. y Stillo,B.; “ Relaciones violentas: entre el amor y la tragedia”. Grama ediciones- Bs. As- Año 2014
Referencias:
1. Miller, J-A; Seminario “El Partenaire-síntoma”-Ed. Paidós
2. Laurent, É., “Reflexiones sobre tres encuentros entre el feminismo y la no-relación sexual”, https://psicoanalisislacaniano.com/2019/12/13/tres-encuentros-feminismo-norelacionsexual-ericlaurent-20191213/
3. Greiser, I; “Guerra entre los sexos: femicidio”- Revista Estrategias- Psicoanálisis y salud mental- Año 3- Número 4  ( 2016)
4. Arenas, G;  ( comp.2014); “Piezasutiles: consecuencias de la última enseñanza de Lacan”-Bs As. Grama


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08 agosto 2020

Boletín Al-a-limón N°9 Zully Flomenbaum

  


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                             Entre el Sinsentido y la Creencia

                                                                              Zully Flomenbaum Margalit. (1)

                                                                              

 

Como no podía ser de otro modo, cuando comencé a escribir este artículo la pregunta por la vida y su sentido me resonaba  hoy de una manera diferente a otras veces en las que he profundizado sobre el tema.

No ha sido posible escribirlo sin ese duelo acentuado en este  horizonte cuyo final no se percibe. Con relación al duelo, Anna Aromi dice, parafraseando a Eric Laurent: Duelar no es un duelo, no es un dolor; es un duelar, es la voluntad de no ceder en nuestra orientación de lo real” .(2)

La vida, así la pienso, puede estar entre esa oscilación sutil de las máscaras de las tragedias y lo vivo de un cuerpo, entre lo pulsional y lo libidinal. El goce y su rasgo mortífero pueden hacernos olvidar a Lacan y su humor en la escritura de los seminarios. "Animarnos" en nuestro acto analítico no puede ser sin la separación necesaria del aire de gravedad que puede atraparnos también en nuestra práctica.

Pero, ¿hay un sentido en una vida?

 

Freud y la finalidad de la vida

Freud nos dice en El malestar de la cultura: …"En incontables ocasiones se ha planteado la cuestión del objeto que tendría la vida humana, sin que jamás se le haya dado respuesta satisfactoria, y quizás ni admita tal respuesta. Muchos de estos inquisidores se apresuraron a agregar que si resultase que la vida humana no tiene objeto alguno, perdería todo el valor ante sus ojos… Decididamente, solo la religión puede responder al interrogante sobre la finalidad de la vida. No estaremos errados al concluir que la idea de adjudicar su objeto a la vida humana no puede existir sino en función de un sistema religioso". (3).

 

Pensando las religiones

¿Y de qué religión nos habla Freud?

Hay muchas "religiones", así las pienso, oficiales, privadas, algunas de ellas muy desarrolladas por el obsesivo, ideológicas; están las grandes causas que se pueden convertir en el sentido de una  vida; está la religión del amor con bastante buena prensa, por lo menos para hacer películas y series; está la religión del patriotismo,  de los nacionalismos, de la épica y del heroísmo y mas…Hay, como dije, muchas religiones y muchas maneras de hacer del sentido una religión; y al mismo tiempo, son estas "religiones" las que hacen del rechazo entre los unos y los otros un sentido, pero también de los lazos.

 

La verdad y el sentido

Leemos en la pág. 111 del curso de Miller, La fuga del sentido: "…Sin duda, Lacan llama verdad al sentido… Llamar sentido a la verdad no es sin consecuencia…" Miler habla aquí del recorrido de Lacan: al principio de su enseñanza, el sentido tenía carácter absoluto, para ir ligando a la verdad con la impotencia. La verdad pasa a ser un velo, en el que no hay solución si se persiste en el amor por la verdad.(4).

Es la pregunta por el sentido de la , que he llevado a lo que fue mi segundo análisis, la que me permitió formular una disyunción exclusiva , vivificante, entre el sentido y su verdad por un lado y la creencia por otro no sin el pasaje del "la" al "Una".

 

La pregunta por el sentido de una existencia , puede velar el amor por la verdad ,  absoluto  de cuyo embrollo hay que salir  no sin incluir  a ese ateo posible del que nos habla Lacan en su conferencia en Yale. (5).

 

La creencia

En el último capítulo del Seminario 11, Lacan retoma lo que señala como la pregunta que hace a su enseñanza desde un principio, y dice: "¿Qué orden de verdad genera nuestra praxis?" Si no puede salir de la verdad, se interroga por la impostura, ya que no tiene ninguna seguridad de no estar en ella. Y mientras aborda la relación con la religión y también con la ciencia, introduce la creencia y sorprende al ubicarla en la alienación fundamental. (6).

Mas adelante, en el mismo capitulo, va a poner en serie la alienación con el sujeto supuesto saber y la transferencia.

Se parte de la creencia, que no es sin la alienación significante. Lo entiendo asii : si el sujeto que demanda un análisis cree en el síntoma, lo que quiere decir que es capaz de decir algo, eso no implica considerarlo verdadero. No es creerle, "es creer en" que solo se hace en transferencia.

Haber partido de la religión haciendo alusión al uso que de ella hace Freud en El malestar en la cultura y, a modo de conclusión por ahora, nos lleva al curso de Miller El ultimísimo Lacan.

 

Entre la religión y el Psicoanálisis.

En El ultimísimo Lacan, Miller dice: "La creencia en lo verdadero es lo que comparten la religión y el psicoanálisis… lo que empuja a Lacan a considerar su operación a partir de una perspectiva que no sea la de lo verdadero." La perspectiva, dice Miller, es solo una palabra de lo real. (7).

Y así, Miller nos va llevando en este curso a la ultimísima enseñanza. En efecto, a que hay una relación inquebrantable entre la verdad y la creencia. "Lo verdadero", dice, "es lo que creemos tal". Por ello hace de la verdad un acto de fe, e incluso un acto de fe religiosa, hasta el punto de decir, en la introducción de su ultimísima enseñanza, que "el psicoanálisis es la forma moderna de la fe religiosa". (8).



(1) Psicoanalista en Jerusalen, Israel. Miembro GIEP, NLS y AMP

(2) Anna Aromi, Puntos vivos del XI congreso de la asociación mundial de psicoanálisis, Barcelona, abril 2018.  Inedito.  http://www.eol-laplata.org/blog/index.php/las-psicosis-ordinarias-y-la-transferencia-en-el-psicoanalisis-del-parletre/

(3)  Zigmund Freud,  Obras Completas,  Tomo iii,  Ed. Biblioteca Nueva,  2017, Pág 3024.

(4) Jacques-Alain Miller , La fuga del sentido, Ed. Paidos, 2012, pág.111.

(5) Lacan, J., “Conferencia en la Universidad de Yale”, 24 de noviembre de 1975, en Scillicet 6/7, Seuil, Francia.

(6) Jacques Lacan,  El Seminario. Libro 11,  Ed Paidos,  1987,  pág .274.

(7) Jacques-Alain Miller,  El ultimísimo Lacan,   Ed. Paidos, 2013,  pág. 27.

(8) Jacques-Alain Miller,   Ibid,  pág. 208.

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03 agosto 2020

Reseñas Seminario Clinico 2020 1a Parte

CID- TUCUMÁNDocente: Graciela RuizClase Inaugural: Apertura del Seminario 1. Un retorno a las fuentes.Fecha: 4 de abril de 2020


El día 4 de abril de 2020 dimos comienzo al seminario anual en torno al seminario 1 de Lacan Los escritos técnicos de Freud. Tuvimos el honor de contar con Graciela Ruiz como docente y flamante directora del CID Tucumán.
Las palabras iniciales estuvieron a cargo de Rafael Krasnogor, responsable de la nueva gestión operativa.  El seminario clínico anual recorrerá durante este año el seminario 1 que da inicio a la enseñanza de Lacan. Esta decisión tiene por objetivos incorporar a quienes se inician en la enseñanza lacaniana a partir de la experiencia de los integrantes y abordar conceptos complejos que serán puestos en perspectiva a la luz de la última enseñanza de Lacan.
Cada nodo del programa a trabajar tomará como punto de partida una cita de Lacan que da cuenta de su posición clínica, política y ética. Así recorreremos la oposición entre la técnica psicoanalítica aplicada por Freud, los postfreudianos y Lacan. Esto a partir de fenómenos como la resistencia, la transferencia y la palabra como revelación. 
Graciela Ruiz hizo un recorrido sobre el modo en que Lacan lee los textos freudianos, fundamentalmente los escritos entre 1904 y 1919. Lacan aísla conceptos de la técnica psicoanalítica e interpela a Freud con Freud. Esto le permitió localizar convicciones de la posición del analista que fundan la técnica y hacen de ella una ética como: Inconsciente y sujeto.
La disertante cita a algunos postfreudianos como Ana Freud para mostrar los objetivos de la técnica aplicada y cómo el eje de sus intervenciones se dirigen al Yo del paciente. Opone a ella la experiencia del análisis orientada en afirmaciones lacanianas tales como: “el yo es el camino del desconocimiento”, “un análisis conduce al tu eres eso, a la implicación del sujeto en aquello de lo que se queja” “la interpretación es la realización subjetiva de un vacío”.
La docente en el recorrido planteado permitió la construcción de la pregunta ¿a dónde encontramos lo real a esta altura de su enseñanza? Las intervenciones de un auditorio de más de 90 personas citado por plataforma zoom permitieron un intercambio ameno. ¡Gracias Graciela Ruiz!
Laura Magadán     


Docentes: Laura Magadán, Elena Ascárate, Jimena Robles Avalos y Gabriela Alsina.
Título: Las resistencias y las defensas. La crítica de Lacan.
Fecha: sábado 25 de Abril 2020


Inicia esta clase Laura Magadán, indicando el comienzo de la enseñanza de Lacan en Función y Campo de la Palabra, siendo la época del Retorno a Freud, donde Lacan propone la interpretación del psicoanálisis volviendo al descubrimiento freudiano del inconsciente. Lacan en su retorno a Freud, ingresa en el entramado fenomenológico de la situación analítica, para aislar de ese modo al concepto de resistencia, que tan fundamental era para los postfreudianos. A medida que avanzó en su enseñanza, Lacan le fue restando importancia al concepto de resistencia y al de defensa, para introducir nuevos conceptos que permitan aislar estos fenómenos de la praxis.
La docente recorrió los elementos en que se apoyan y distinguen la cura en Freud, hacer consciente lo inconsciente y en Lacan, descifrar el inconsciente.
Elena Ascárate, hace un recorrido por las clases 1 y 2 del Seminario 1, INTRODUCCIÓN A LOS COMENTARIOS SOBRE LOS ESCRITOS TÉCNICOS DE FREUD que nos lleva a la pregunta de Lacan, ¿Qué hacemos cuando hacemos psicoanálisis? y PRIMERAS INTERVENCIONES SOBRE EL PROBLEMA DE LA RESISTENCIA, donde Elena destaca la distinción entre resistencia radial y resistencia longitudinal, para dar cuenta de la materialidad de la resistencia.
Luego toma la clase 3 de donde acentúa la paradójica manera de trabajar de los postfreudianos que señala Lacan, el forzamiento frente a la resistencia del sujeto, la mención del estilo analítico inquisitorial en el que no se respeta ni siquiera a la persona humana.
Concluye con la crítica de Lacan sobre el artículo de Anna Reich sobre la contratransferencia. 
Jimena Robles Avalos trabajó la referencia de Lacan al artículo de Anna Reich,  a partir de una lectura minuciosa de los textos freudianos La dinámica de la transferencia de 1912, Consejos al médico del mismo año y La iniciación del tratamiento de 1913. 
Gabriela Alsina completa el contrapunto entre el planteo freudiano y la práctica de los postfreudianos a partir de los textos que van de 1905 a 1915 incluyendo La interpretación de los sueños de 1900 y Sobre el psicoanálisis silvestre de 1910, para concluir con una acertada distinción entre los tres tipos de clínica postuladas por Freud, Lacan y los postfreudianos. 
Federico Callejón

Docente: Teresita Ruiz.
Título: ¿Cuál es la relación entre la resistencia y la transferencia?
Fecha: 9 de Mayo 2020


Andrea Fénik comienza situando el contexto precedente al surgimiento del Seminario 1 “Los Escritos Técnicos de Freud”. Comenta sobre los textos que rodean la enseñanza del seminario y puntúa el contexto político. Historiza sobre el funcionamiento de la Sociedad Psicoanalítica de París ("Société psychanalytique de Paris" - SPP). En 1953, luego de la Guerra, el Instituto tenía por titulares a Sacha Nacht, Daniel Lagache y Marie Bonaparte. Mientras que Jacques Lacan formaba parte de la comisión de enseñanza. En junio del mismo año, Jacques Lacan deja el Instituto y Daniel Lagache dimite, también. Luego de la escisión, fundan la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (SFP). 
Teresita Ruiz puntúa el Capítulo IV “EL YO Y EL OTRO YO”. Lacan continúa su pregunta sobre la naturaleza de la resistencia; observa, desde Freud, el carácter complejo y ambiguo al abordar el fenómeno de la resistencia. 
Lacan siguiendo a Freud, sostiene que la resistencia emana del proceso mismo del discurso. Es aquí donde surge la transferencia y se produce justamente porque satisface a la resistencia. Esta relación entre transferencia y resistencia se traduce en un fenómeno perceptible en el análisis. Teresita propone que la transferencia es del orden de lo necesario, que no es sólo repetición.
Teresita introduce algunas ideas en torno a la palabra verdadera. Dice Lacan “en la medida en que el reconocimiento del ser no culmina, la palabra fluye enteramente hacia la vertiente a través de la cual se engancha al otro” (Pág. 82). La palabra es mediación entre el sujeto y el otro, e implica la realización del otro en la mediación misma. 
Sitúa el escrito Lacaniano “Función y campo de la palabra y el lenguaje” para decir que la revelación es lo que se busca en la experiencia analítica. 
 “La resistencia se produce en el momento en que la palabra de revelación no se dice en el momento en que el sujeto no encuentra ya salida. Se engancha al otro porque lo que es impulsado hacia la palabra no accedió a ella...” (Pág. 83)

Florencia Kerstens     



Docentes: Eduardo Núñez Campero, Elvira Escalante y Rafael Krasnogor.
Clase: El sujeto se relaciona con el ser y no con el mundo.
Fecha: 30 de Mayo 2020


En las clases V y VI del seminario 1 Los escritos técnicos de Freud, son una bisagra dado que cierran la primera mitad del seminario. ¿Por qué Lacan organiza así el comienzo de su enseñanza? Porque analiza el fenómeno de la resistencia e interroga los modos de avanzar sobre ella en una cura analítica. Lacan parte de la filosofía y va deconstruyendo la cuestión ontológica del ser a partir de la clínica, en la que nos encontramos con la palabra. Toma casos clínicos presentados por los postfreudianos quienes centraban sus intervenciones en el yo.
Recorre los conceptos freudianos en los que se sostiene la resistencia. El Yo, en su función de desconocimiento, es totalmente distinto al la síntesis yoica que proponían los postfreudianos. La idea del ser y la idea de la esencia era lo que se debatía en la filosofía contemporánea a Freud.
La Behajung, es una afirmación que abre un campo, un juicio sobre el ser que abre el espacio para que tenga lugar el juicio de atribución. Esa Behajung inicial puede ser expulsada de entrada, sacada del ámbito del ser, tiene consecuencias clínicas: las psicosis por ejemplo. Están allí los significantes que constituyen la matriz simbólica del sujeto rodea a los significantes traumáticos, todos ellos condicionan la relación con la realidad.
Verleugnung, la represión pone en juego que ya hay un conjunto de significantes que rodea al significante traumático. El sujeto de la ciencia expulsa el universo de saberes que rodea a la investigación científica.
El consentimiento no es lo mismo que el conocimiento, es un acto de afirmación. Que primero está en el sujeto analista, cuando acepta a un paciente, y cuando escucha a un paciente puede ir en torno a un sentido, al yo y por lo tanto a la resistencia. Para que haya un consentimiento de parte del analista, tiene que estar la función de causa, que será el deseo del analista.
Lacan articula los conceptos postulados a esta altura del seminario con el caso freudiano el hombre de los lobos. Es el principio del placer quien determina qué objetos son buenos para el yo. Así el objeto queda primordialmente perdido para siempre. El juicio de existencia se apoya en el juicio de atribución. En la inscripción inicial hay una inscripción de goce, pero no deja de ser una inscripción simbólica. Verwerfung el yo desestima la representación insoportable junto con su afecto y se comporta como si nada hubiera sucedido. Es mucho más enérgica y exitosa. Es una modalidad defensiva, lo forcluido desde los simbólico vuelve como goce en lo real. El término ser es lo real en la medida en que se inscribe en lo simbólico.

Laura Magadán     



Docentes: Viviana Jaime, Ma. Teresa Pérez, Carolina Neme y Gabriela Duguech.
Título: “Todo el problema reside en la articulación de lo simbólico y lo imaginario en la constitución de lo real”
Fecha: 13 de Junio 2020


La 5ta clase del Seminario Clínico titulada “Todo el problema reside en la articulación de lo simbólico y lo imaginario en la constitución de lo real”  acerca de Los Escritos Técnicos de Freud, seminario 1 de J. Lacan.
La introducción de la clase estuvo a cargo de Viviana Jaime, quien presentó los casos clínicos que se desarrollarían: el caso Robert, de los psicoanalistas Lefort, y el caso Dick de Melanie Klein. Asimismo señaló, que los casos reseñados muestran que el tratamiento y la presencia del analista logran armar un cuerpo y hacen de la separación algo menos traumático.
María Teresa Pérez desarrolló de forma exhaustiva los esquemas ópticos, como aparatos de formalización, de las clases de referencia del Seminario (clases 7 a 9). Diferenció el período que se extiende entre los años 1936 a 1952, en donde se teoriza lo imaginario priorizando lo visual; desde el año 1952 a 1960, donde hay un predominio de lo simbólico por sobre lo imaginario, hasta llegar a su última etapa hasta el año1980, en donde recompone la estructura topológica sin que haya primacía de algún registro sobre otro. En este recorrido el cuerpo tiene diferentes modos de ser formalizado, prevalece la hiancia para el humano de una identificación entre el ser y el cuerpo. Este es el resultado de la articulación entre lo imaginario y lo simbólico, velando lo real del mismo. Es en las relaciones de estos tres registros y en sus fallas donde se jugarán las diferencias entre el caso Dick y el caso Robert.
Carolina Neme presentó el caso Robert, en articulación con la clase 8 del Seminario 1 y el artículo “La matriz del tratamiento del niño lobo” (2012) de J. A. Miller. Destacó la importancia del caso para dar cuenta de esos sujetos donde no hay Otro, señalando la cautela que hay que tener al efectuar un diagnóstico en casos graves, como este, en donde inicialmente los 3 registros están sueltos.
A partir del desarrollo planteado por Carolina queda en primer plano cómo el tratamiento cambia el destino de un sujeto y cómo a partir de esos 3 registros sueltos se logra armar un cuerpo. Es la presencia del analista un elemento fundamental en la modificación lograda.
Gabriela Duguech presentó el caso Dick, de Melanie Klein, sirviéndose de referencias literarias (Borges) para dar cuenta de la diferencia existente entre el misterio y el enigma (este tiene resolución). En Dick, destaca la docente, se presentan dos problemas: lo imaginario no se enlaza a lo real, y lo simbólico no se enlaza a lo imaginario.

Emiliano Gastón Gato


Docentes: Omar Asan, Jimena Rodríguez Rey y Ma. Emilia Núñez Corai.
Clase: “Del narcisismo al estadio del espejo: encrucijadas de la clínica”
Fecha: 27 de Junio 2020


La Clase Del narcisismo al estadio del espejo: encrucijadas de la clínica desarrolló los capítulos 9 y 10 del seminario 1.
Emilia desarrolló el texto “Introducción al Narcisismo” (1914), resaltando que éste se encuentra enmarcado en la 1ra tópica freudiana, y que da cuenta de la insistencia de Freud por sostener un modelo dualista. Complementa su exposición con la lectura de los capítulos 16 y 17 de “Lecturas de Psicoanálisis. Freud. Lacan”, de Oscar Masotta (2006), en donde el autor trabaja la articulación del narcisismo del niño y de los padres, considerando al amor parental como una resurrección del narcisismo perdido de los padres; y proponiendo a la castración como una defensa del sujeto ante el narcisismo infantil. 
Jimena inicia su exposición recordando que las clases del Seminario que se abordarán (Clase IX y X), se encuentran enmarcadas en el apartado La tópica de lo Imaginario, en donde Lacan va a trabajar el lugar de lo imaginario en la estructura de lo simbólico. Hace énfasis la importancia de este aspecto para la clínica, y plantea que el yo humano se constituye sobre el fundamento de la relación imaginaria, resaltando la utilidad del Estadio del Espejo. Cita la conferencia de J-A Miller titulada “La imagen del cuerpo en psicoanálisis” (1995), publicada en el libro “Introducción a la clínica lacaniana”, conferencias en España. Allí Miller propone que la imagen del cuerpo del Otro introduce al cuerpo en el campo del goce. Finalmente, retoma lo trabajado en la clase anterior, y articula con los casos Dick y Robert, en donde se observa el valor perturbador que el Otro tiene para el sujeto humano.
Para terminar, Omar se propone abordar la transferencia imaginaria, a la luz de los desarrollos propuestos por estas clases del Seminario 1. Parte de una cita de Lacan de este seminario “…se trata de localizar la estructura que articula la relación narcisista, la función del amor en su generalidad, y la trasferencia en su eficacia práctica.” (Lacan, 1954, pág. 174) Y propone situar a la función de la transferencia como resistencia en el plano imaginario, lo que lo lleva a desarrollar el estadio del espejo y el concepto de agresividad. Por último, nos propone una recomendación de J-A Miller, quien incita a leer el Seminario 1 sobre el fondo del escrito “Variantes de la cura tipo”. 
Finalizadas las exposiciones, se dio lugar al debate y al intercambio, contando con participaciones de nuestra directora, Graciela Ruiz, de miembros del CID y de la asistencia en general. 

Psic. Ma. Andrea Maldonado     


Docentes: Ricardo Gandolfo y Jimena Robles Avalos. 
Clase: “El sujeto ve su ser ideal reflejado en el otro”
Fecha: 4 de Julio 2020


La clase El sujeto ve su ser ideal reflejado en el otro se desarrolló a partir de los capítulos 10 y 11 del seminario 1. Ricardo Gandolfo abordó la cuestión de la imagen del semejante como desencadenante del comportamiento sexual en el humano y en el animal. Lo cual le permitió despejar las características de lo imaginario y el engaño sufrido por el sujeto por parte de la imagen. Tomó los aportes de J. A. Miller para ubicar algunas conceptualizaciones significativas en relación a lo simbólico y lo imaginario en relación al desplazamiento y a la inercia. 
A partir de los aportes de S. Freud puntuó algunas cuestiones en torno al yo y su constitución a partir de la proyección psíquica de la superficie del cuerpo; localizó estos elementos en  el esquema óptico propuesto por J. Lacan en el capítulo 10. El docente señaló la importancia de la introducción del otro como una condición fundamental y anterior al desarrollo mismo de las vías nerviosas, ubicó a la imagen como constituyente del cuerpo y localizó conceptualmente la dependencia de la imagen real de la virtual del otro. Destacó que el ideal del yo se encuentra primero en tanto, en un principio, se trata del ideal del yo del otro; causando un efecto de fascinación en el sujeto. 
Continuó con el desarrollo sobre la diferencia entre idealización y sublimación. 
Finalmente en relación a la voz, pudo destacar que J. Lacan, en este momento temprano de su enseñanza, la localiza como el objeto voz. Nominándolo como un objeto pulsional encarnado por el analista y destacándolo como crucial para orientar el psicoanálisis. 
Jimena Robles Avalo destacó el valor cautivador que tiene para el sujeto la imagen unitaria del otro. Cómo el sujeto estructura su ser y ve al mismo en relación al ideal de yo. Las funciones del yo que se destacan en relación a la estructuración de la realidad y la alienación fundamental. Para luego centrarse en algunas precisiones teóricas en torno al yo ideal y al ideal yo tomando los aportes freudianos. Coincidiendo en este punto con Ricardo respecto a que lo primero en la constitución es el ideal del yo. 
Tomó algunos aportes de J. A. Miller, para destacar la preminencia de la imagen en la medida en que vela la falta o castración del otro. Puntualizó que el sujeto se define por la ley y que situamos a través del intercambio de símbolos nuestros diferentes yoes los unos respecto de los otros. Y que es el ideal del yo el que dirige el juego de las relaciones. Siendo la imagen del otro la que orienta la mirada del sujeto; como el espejo plano, a partir de lo cual se estructurarán la imagen y la realidad del mismo. 
También destacó una serie de conceptualizaciones teóricas en torno al desconocimiento y la sabiduría en relación al yo y al planteo de los postfreudianos con los que debate J. Lacan en este seminario. Ya hacia el final de su exposición desarrolló el engaño de la sexualidad y rescató una serie de puntualizaciones teórica y clínicas en relación a la transferencia y al posicionamiento del analista en la misma.

Gabriela Alsina     

31 julio 2020

Boletin Al-a-limón N°8 Gabriela Duguech


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Tres encierros y un encuentro[1]
     La crónica clínica que aquí les traigo fue escrita al terminar el primer encuentro bajo la modalidad remota (videollamada) con un adolescente autista que transcurrió en el Hogar de niños donde vive, ya que como consecuencia del ASPO decretado por la pandemia de Covid 19, la atención psicoanalítica pasaba de su forma habitual en nuestros consultorios, a realizarse en forma remota. Esto no ocurría de manera automática, había que decidirlo y proponerlo en cada caso. Por ejemplo, con otros pacientes autistas pequeños esperé manteniendo comunicación escrita con sus padres, pero en el caso de Marcos estimé y también las autoridades del Hogar, que no se podía esperar, se trataba de una urgencia subjetiva dentro de la emergencia general, ya que este jovencito venía de dos intentos fallidos de adopción por parte de los padres adoptivos de sus hermanitos. Durante ese segundo intento no lo traían a las sesiones y al dejarlo nuevamente en el Hogar la directora me pide que retome las mismas, teniendo en cuenta el agravante de que el centro educativo- terapéutico al que concurría a diario también había cerrado sus puertas.
      Antes de esta primera sesión por videollamada pedí que se preparen los cartones, cintas de embalar, felpones con los que trabajábamos en el consultorio con Marcos para construir sus objetos en sesión, habitualmente trenes y helicópteros. Tuve que indicar que no eran elementos “educativos” sino que tenían funciones terapéuticas y que no podían ser sustituidos por otros cualquiera. Tomaba así en cuenta los intereses específicos de Marcos que a lo largo de 3 años y medio de tratamiento habían producido la dinamización de su borde que como defensa autística constituían estos objetos fabricados por él bajo transferencia y gracias a los cuales había podido concurrir cotidianamente a un centro educativo terapéutico y disfrutar de salidas recreativas, actividades ahora todas suspendidas por tiempo indeterminado.
     Estábamos ante lo inconmensurable que golpea en distintas direcciones por lo que creo acudió a mí la forma poética, la más justa -entiendo ahora- para testimoniar de la presencia del analista en el límite de la palabra y del acto. La palabra poética está más cerca en este caso de lo real y fuerte de esta experiencia, viene en auxilio de la escritura analítica como la presencia del analista lo hace con la transferencia.[2]


     11 de la mañana, un adolescente autista me espera del otro lado de la pantalla,
acompañado por la psicóloga del Hogar de niños en que vive desde los 9 años cuando llegó de la Sala Cuna, su Hogar anterior. Desde los 8 años la justicia decide que el estado se haga cargo del cuidado de este niño y de otros de su familia que tuvieron ellos sí, otra suerte, otro destino.

     Marcos acaba de ser devuelto por segunda vez al Hogar por los padres adoptivos de sus hermanitos. No pudieron y otra vez él vuelve con el corazón roto. Cuesta escribir esto porque es duro pero sucede, nos sucede. Soy su analista y recibo esa tristeza llena de dignidad sin estridencias que distingue a Marcos.

    Pero los analistas no confiamos mucho en ese destino inexorable que parece marcar con furia las cartas de algunos, demasiados niños, separados de sus padres y transitando esas cascadas de desencuentros y… sobre llovido mojado.
     Creemos en ellos- algunos creemos, no todos- en su capacidad de reinventarse persistiendo en aferrarse a esa oportunidad que parece pequeñita, pero está llamándonos a la puerta real o virtual (toda puerta lo es en definitiva) para que armemos una cita, un lugar, un tiempo donde construir "castillos" como el que Marcos quiso hacer hoy, en el que empezar a dibujar puertas para entrar, para llegar, hablar y despedirse: ¡hasta la próxima semana, a la misma hora!

                              Gabriela Duguech, 26/3/20 Tucumán en tiempos de pandemia     
 

[1] Un encierro es el propio del autismo que no es total, de ahí que pueda intervenir un analista y generarse una relación de transferencia que produzca encuentros afortunados. El segundo encierro es el del Hogar de cuidados que genera un muro invisible que se busca perforar cuando los niños concurren a escuelas, espacios educativo-terapéuticos o consultorios como ocurría con Marcos. Esto último se perdió por el tercer encierro, provocado por las medidas de Aislamiento Social Preventivo Obligatorio que cerraron escuelas y consultorios limitando al mínimo la interacción social.
[2] Agradezco a Graciela Ruiz que al leer la crónica clínica como “un texto poético” me invitó a intervenirlo explicitando más algunos detalles del caso.

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