04 julio 2020

Boletin Al-a-limón N°1 Graciela Ruiz


                                               



                                                                                           

       ¿Qué porvenir sin ilusión?                                                                                                                                                                                                                                                                                            Graciela Ruiz


La expresión “al alimón”  supone un origen árabe que encierra la invocación a Allah, la lengua la ofrece toda junta “ alalimón”. Otra versión más antigua reconoce su origen en la expresión  arabe Allah le yimún  que resultó ser turca y  su traducción sería La gracia de Allah puede ser concedida(1) . Este encuentro etimológico me hizo pensar que el boletín del CID Tucumán nacía protegido por  lalengua y la gracia divina. Es mi ilusión.
Terminando el mes de junio de 2020, en plena Pandemia del Covid 19, alguien dice “volvimos a la edad media”(2)  resonó en mi propia sensación de regresión y me interrogó.
Hay un mito sobre el origen del mundo estable. En el antiguo Egipto estaba vivo el mito de Shou, el Dios del aire. Era la personificación del Estado, pues tenía la tarea de mantener levantado el cielo sobre la tierra, a fin de que éste no se desplomara. El dios mencionado sostiene la cúpula celeste a distancia de los hombres y así mantiene a la vez  la unión entre el cielo y la tierra. De esta manera el orden del mundo se encuentra en un difícil equilibrio; es la catástrofe detenida. Por lo tanto hay que comportarse cuidadosamente con Shou, pues de lo contrario podría suceder que dejara que el todo se derrumbase.(3)
 ¿Quién fastidió a Shou?  Sucede que “No puedo respirar” se transformó en una insignia de masas y como house of cards  se derrumban sistemas de salud, líderes mundiales, instituciones internacionales, mercados bursátiles, mega empresas.
 Freud: ¿Cómo se defendió el individuo de los hiperpoderes de la naturaleza? Responde: humanizándola  para sentirse como en su casa en lo más siniestro. Acorde con un arquetipo infantil no sólo  humaniza la naturaleza también  le confiere el poder paterno, padre a quien se teme pero quien también protege en el desamparo. Aparecen los mitos.(4)  Para hacer soportable el desvalimiento se crea el tesoro de representaciones religiosas que son ilusiones, comparables con ideas delirantes. Freud justifica largamente su existencia consoladora pero observa que ya no ejerce la misma influencia en los hombres a causa del espíritu científico. A criterio de Freud esta situación libera de un gran peligro a la cultura al deshacerse de las restricciones intelectuales que impone la religión, al prohibir pensar. La apuesta freudiana es a la ciencia.
Para Freud no se puede ser eternamente un niño. El infantilismo debe ser superado. Significa confesarse su total desvalimiento, su nimiedad dentro de la fábrica del universo;  dejar de ser el centro de la creación, el objeto de los tiernos cuidados de una providencia bondadosa. Puede llamarse a esto “educación para la realidad”(5). 
A Freud no se le escapa que también sus esperanzas pueden ser tomadas como ilusorias. Se equivocó cuando supuso que  “ningún hombre cae en el espejismo de creer que la naturaleza ya está conquistada y pocos osan esperar que alguna vez el ser humano la someta por completo”.  Nos despertamos abruptamente de ese espejismo en el que  caímos. La ilusión no está en la ciencia está en aquellos que prefieren  la suposición de la infalibilidad de la ciencia. En lo que va de la pandemia escuche solo a una mujer anciana que repetía “hay que rezar mucho, hay que rezar mucho”. Y escuché infinidad de veces  “  hasta que no tengamos la vacuna…”. El capitalismo y la ciencia desplazaron la experiencia de una vida tradicional.  Hay otras maneras de seguir siendo niño, se lo llama narcisismo del sujeto moderno.
 Lacan cita las Antimemorias de André Malraux (6)  en donde  un sacerdote le dice a este; “Lo que he llegado a creer, fíjese, en este ocaso de mi vida, le dijo,es que no hay personas mayores” Esta cita es a su vez comentada por Eric Laurent (7) quien amplía la idea recordando otro testimonio del mismo texto, esta vez de una sobreviviente de los campos de concentración. “Lo que se decía había tomado para mí una forma extraña: encontraba infantil a todo el mundo”.  La actitud de ignorar la muerte tiene un lado profundamente infantil. La persona mayor es aquella que se ha animado a enfrentar la pérdida de lo viviente, en el texto Eric Laurent lo describe como la persona que se hace responsable de su goce quien puede ir más allá de los semblantes y ha experimentado la cuestión del resto.
 Habitualmente el sujeto oscila en un combate tenso entre una posición y la otra. Si la ciencia puede suturar el agujero que el virus provocó en la trama simbólica-imaginaria, probablemente se restablezca la ilusión protectora de la ciencia y de la “solidez” del discurso capitalista. En caso contrario, veremos cada vez más lo que ya encontramos, un muestrario diverso que sale a la luz, las variantes de la defensas frente a  lo real. El paranoico que  no cree en lo real y desarrolla la teoría de la conspiración. La exacerbación de los cuidados sanitarios a niveles invivibles. El advenimiento del sin sentido de la vida. Las oscilaciones bruscas de estados de ánimo. La invención de lo nuevo. La superproducción de los sueños…

[2] La afirmación se sostenía de la imposibilidad actual de proyectar el futuro, condición del hombre moderno. También de lo fallido de la razón para dar cuenta del mal que nos aqueja y la restricción de la libertad individual.
[3] Safranski Rüdiger. El mal o el drama de la libertad. Fabula Tusquest Editores. 2005. Barcelona. España.pag 17
[4] Freud S. Obras Completas Tomo XXI. El porvenir de una ilusión. Cap. III y IV. 
[5] Freud S. “El porvenir…” ob. cit. Pag. 48
[6] Lacan Jacques. “Discurso de clausura de las Jornadas sobre las psicosis en el niño” El Analiticón. Psicoanálisis con niños. Correo Paradiso. Fundacion del campo freudiano. 1987. Pag:13
[7] Laurent  Eric. Hay un fin de análisis para los niños. Uno por Uno. Revista mundial de psicoanálisis. Nº39. Invierno 94.Pag 34.