
Angustia, masculinidad, femineidad
La reunión del CID-Tucumán del 9 de agosto estuvo dedicada a la exposición de Ana Ruth Najles sobre el tema “Angustia, masculinidad, femineidad” en el marco del Seminario Clínico Anual consagrado este año al Seminario X “La angustia” de Jacques Lacan. Previamente se realizó la presentación del libro A propósito de la autoridad, compilación de trabajos leídos en las Primeras Jornadas de los Centros de Investigación y Docencia de Tucumán, Salta y Jujuy realizadas en Tucumán los días 9 y 10 de diciembre de 2005.
Lucrecia Russo, Luis Seiffe y Ana Ruth Najles comentaron diversos textos del libro, que trabajan cuestiones relativas a la autoridad y su despliegue en algunos ámbitos que finalmente tocan de cerca a la práctica del psicoanálisis. Así Lucrecia Russo puso de relieve las relaciones entre autoridad analítica y los dispositivos institucionales que legitiman la práctica del psicoanálisis en la época del mercado capitalista y su autoritarismo consumista y evaluador.
Luis Seiffe destaca a su vez el ejercicio de lectura que implica la distancia entre el momento efectivo en que se realizo la presentación de los trabajos en las Jornadas y su publicación, asignándole un carácter fantasmático. Al retomar algunos de los trabajos pone de relieve el desfallecimiento de la autoridad en el ámbito de la educación donde se ve aparecer síntomas que interrogan acerca de una rebelión contra el padre. También Seiffe destaca la cuestión de lo institucional en la formación y practica del psicoanálisis en tanto algo de la autoridad se manifiesta en los dispositivos de formación. Así cuestiona la distinción entre la Escuela dedicada al psicoanálisis puro y el Instituto al psicoanálisis aplicado, distinción que establece una disyunción en la que los CID, por ejemplo, encontrarían dificultades para establecer su pertinencia como una u otro.
Ana Ruth Najles, en congruencia con su libro de reciente aparición, Problemas de aprendizaje y psicoanálisis, precisa que estamos compelidos por el Otro social a dar cuenta de la autoridad analítica ya que esta implica la responsabilidad de responder por la eficacia del psicoanálisis. La autoridad analítica no se sostiene solo en la clínica psicoanalítica sino también en una clínica de la civilización. Por lo tanto, hay que interpretar y leer la actualidad, leer al Otro social, no solo al sujeto. Leer la segregación y la homogenización impuesta por el discurso del amo pervertido de la burocracia, de la que la evaluación generalizada (aplicada asimismo a un niño generalizado) logra su propia autoridad. Así el dispositivo del pase, en el interior del psicoanálisis, sería un indicativo contra la jerarquía y la burocratización del psicoanálisis.
Finalmente, y ya desarrollando el Seminario X, especialmente la clase 19 sobre “El falo evanescente”, Najles trabajó la angustia de castración y su relación con el falo, poniendo en cuestión el fin de análisis en la castración. Esto se pone de relieve en psicoanálisis a partir de los estudios sobre la posición femenina (desde la década del ‘20). Al poner en relación algunos puntos cruciales tales como la detumescencia y la mascarada, con la noción de privación y su relación con la angustia, establece la relación entre la omnipotencia y lo imaginario donde la imagen vela el objeto (i(a) ¹ a); este análisis deriva del caso de Freud “El hombre de los lobos”, tomado por Lacan en esta clase para ilustrar la angustia de castración (el sujeto al mirar el coito a tergo de sus padres se ubica en la mejor posición para observar la ausencia de pene, de ahí el pasaje al acto que implica la defecación en la cama parental). Citando a Lacan: “Todos saben que, aunque el falo está en ella (la escena primaria) presente es visible, bajo la forma del funcionamiento del pene, lo llamativo de la evocación de la realidad de la forma fantaseada de la escena primitiva es siempre cierta ambigüedad respecto a dicha presencia”.
Lacan indica, precisamente, que “la angustia no es sin objeto”. Esto es, el objeto a está presente en el surgimiento de la angustia. “La angustia es la señal del modo irreductible en que lo real se presenta en la experiencia (…) el único afecto que no engaña”. La angustia hace presente a la pulsión. Por lo tanto, se concluye en la imposibilidad del análisis sin angustia. “No hay análisis sin angustia, esta es nodular”.
De este modo pudo verificarse en esta jornada un interesantísimo despliegue de temas que hacen al oficio del analista y su formación.
Luis R. Ibáñez