Págs. 669-670
“Pues el falo es un significante, un significante cuya función en la economía intrasubjetiva del análisis, levanta tal vez el velo de la que tenía en los misterios.
Pues es el significante destinado a designar en su conjunto los efectos del significado, en cuanto el significante los condiciona por su presencia de significante”
Partiré para el comentario de dividir este párrafo en tres partes.
1. “Pues el falo es un significante”
Es asombrosa esta precisión. Asombrosa porque para Freud el falo no es un significante. Es un símbolo.
¿Cuál sería la diferencia?
Obsérvese que en Freud, en su texto “Sobre las transmutaciones de los instintos y especialmente del erotismo anal” (1915), refiere al concepto de falo a una característica simbólica, la de que “como punto de partida, podemos elegir la impresión general de que los conceptos de excremento, dinero, regalo, niño y pene, no son exactamente discriminados y sí fácilmente confundidos en los productos de lo inconsciente. Al expresarnos así, sabemos, desde luego, que transferimos indebidamente a lo inconsciente, términos aplicados a otros sectores de la vida anímica, dejándonos seducir por las comodidades que las comparaciones nos procuran. Repetiremos, pues, en términos mas libres de objeción, que tales elementos son frecuentemente tratados en lo inconsciente como equivalentes o intercambiables”.
Para agregar acto seguido “La relación entre niño y pene es la mas fácil de observar. No puede ser indiferente que ambos conceptos puedan ser sustituidos en el lenguaje simbólico del sueño y en el de la vida cotidiana por un símbolo común”.
Es decir que el carácter de intercambiable, constituye el sentido simbólico del falo. El es, podría decirse, un término que puede ser intercambiado con otros, produciéndose una serie de equivalencias simbólicas. Puede, pues, representar otra cosa.
En Lacan, en cambio es situado como un significante, esto es como un elemento de la lengua que según Saussure es una “imagen acústica”, esto es algo oído como una diferencia sonora.
Esto implica desplazar el interés en la premisa fálica de una diferencia de los sexos observada, a una diferencia de los sexos oída o más bien percibida como la diferencia misma de los significantes entre sí.
Es el falo entonces capaz de situarse metafóricamente, es decir, sustituir a otros elementos: esta es la idea freudiana.
Pero en Lacan se agrega a esta la dimensión metonímica del falo, es decir su capacidad para producir la combinación de los elementos del lenguaje, desplazándose bajo la cadena de significantes, lo que convierte al falo en una referencia interna del hablar de las neurosis, por lo menos.
El falo como significante, agregará Lacan, mas adelante, es extraído del campo del lenguaje y lo constituye como tal, según las conocidas paradojas lógicas que hacen a la constitución de un conjunto.
Esto es, que para poder constituir un conjunto, algo queda necesariamente excluido de él. Es pues, un elemento del lenguaje pero que se sitúa en exclusión interna del campo del lenguaje y de esta manera, sostiene la estructura toda.
Saquemos una primera conclusión clínica: si el falo es un significante, es posible tratar tanto la amenaza de castración, como la envidia fálica por medio de la lengua: es lo que constituye un eje fundamental del tratamiento analítico de las neurosis.
2. “Cuya función en la economía intrasubjetiva del análisis levanta tal vez, el velo de la que tenía en los misterios”
¿A qué misterios se refiere Lacan en este pasaje?
Voy a tomar dos, para aclarar un poco las cosas.
Uno, el misterio de Osiris cuyo cuerpo fue cortado en pedazos por Seth que los esparció por todo Egipto; su esposa Isis halló todos salvo su pene, el cual había sido tragado por el pez oxirrinco; a pesar de eso, fue concebida mágicamente, engendrando a Horus.
La reconstrucción fálica, es aquí un rastro de la ausencia del significante fálico del cuerpo del sujeto y su inscripción como vacío en la lengua. (Egipto)
Dos, la mitológica historia de Príapo, hijo de Afrodita y Dionisio, era un personaje itifálico cuya misión era resguardar las viñas y los jardines. Tenía la virtud de desviar el “mal ojo” y anular los maleficios de los envidiosos. Era un dios de la fecundidad. Según ciertos mitógrafos la deformidad física de Príapo, era debida al maleficio de Hera quien temerosa de que el hijo de Afrodita ( y Zeus) fuera a convertirse en un peligro para los olímpicos toco el vientre de Afrodita y Príapo nación con un miembro viril enorme y desmesurado. Diodoro afirma que Príapo está relacionado con el mito de Osiris, sería la deificación, por Isis de la virilidad de Osiris. (Roma)
Ambas historias mitológicas se refieren a la dimensión que el falo tomaba en los tiempos antiguos. En la primera, aparece como ausente del cuerpo de un dios, el cual sostiene su poder y su reivindicación en esa ausencia.
En la segunda, se trata de una deformidad que oculta el valor protector del miembro. Piensese que los romanos celebraban grandes fiestas en honor de Príapo, durante las cuales paseaban falos de piedra enormes en carromatos por la ciudad.
El velo, al que alude Lacan no es más que la exaltación del pene para cubrir la potencia fálica y la ausencia del mismo para asegurar la dignidad reinante de Osiris. Operación en la cual el falo, como significante, aparece efectivamente, velado, oculto, disimulado detrás del pene reconstruido de Osiris y del pene “monstruoso” de Príapo.
3. “Es el significante destinado a designar en su conjunto los efectos del significado, en cuanto el significante los condiciona por su presencia de significante”
Esta frase destaca los efectos que la presencia del significante fálico introduce en el lenguaje.
En efecto, si el significante fálico está separado de los otros significantes del lenguaje, aquí designados como un todo, el descompleta ese conjunto y la primera función que Lacan le asigna es la de servir de significación de todo el lenguaje.
Cfr. Lacan, J. Entretiens de Sainte-Anne sur le savoir du psichanalyste (1971-72), citado por F. Leguil en su artículo del termino “Falo” en Los objetos a en la experiencia psicoanalítica.
“Quiere decir que el falo, es lo que explicaba Jakobson, el falo es la significación, es aquello mediante lo cual el lenguaje significa, solo hay una Bedeutung, es el falo”.
Notemos que aquí Lacan asigna el papel de Bedeutung, al falo. Es un término utilizado por Freud que puede traducirse como “significado, significación, acepción, sentido, importancia, denotación”. Así, podríamos decir que la importancia del falo es que es el significante que confiere sentido a toda la estructura en la medida en que, ausente de ella, permite su circulación metonímica.
La “presencia de significante” del texto es situada por Lacan, como causa del significado. Todo lenguaje tendría así un correlato sexual o más bien, sería “movido” por una dimensión sexual tal como Freud lo postuló, pero más bien utilizando las “protofantasías” como nudos irreductibles de significación que sin embargo, causan todas las significaciones.
El único lenguaje que estaría libre de esta causación sería la escritura científica, en la medida en que, fijando el sentido de la proposición en un formula escribible, el científico puede salvarse de derivar en una significación sexual, fálica, y, al mismo tiempo, asegurarse de la transmisión de esa formula sin pérdida.
La lengua, sin embargo, navega constantemente en su múltiple y equívoco sentido.
Agreguemos una ultima consecuencia clínica de esta párrafo: la que justifica la asociación “libre” como método del psicoanálisis, la que sostiene el bla bla blá del analizante en su deriva fálica, tratamiento que el significante asigna a las pulsiones y deseos del sujeto, sin que pueda asegurarse que lo que hemos dicho sea la ultima palabra de Lacan sobre esta compleja cuestión.
Ricardo E. Gandolfo
Textos consultados
Freud, S. "Sobre las transmutaciones de los instintos y, en especial, el erotismo anal" (1915)
Lacan, J. Entretiens de Sainte-Anne sur le savoir du psichanalyste (1971-72), citado por F. Leguil en su artículo del termino “Falo” en Los objetos a en la experiencia psicoanalítica.
Lacan, J. "La significación del falo" en Escritos II. Pags. 665-675
Grimal, P. Diccionario de Mitología Griega y Romana. Paidós, 1999.