02 abril 2008
Textos Escogidos II
Constitución de la subjetividad en contextos de encierro.
por Carlos Gustavo Motta
Cada falta es un calabozo que se abre. Los malvados construyen su cárcel con sus actos; el bandido, cuando la muerte le toca el hombro y lo despierta, se vuelve desesperado a encontrarse en la prisión, y su delito que edificó, se arrastra detrás de él.
El hombre camina sin saber lo que hace, en el abismo.
El asesino palidece si ve a su víctima: porque es él.
Al golpear sin lástima sobre todos, el opresor vil, el tirano loco y sombrío, forja el clavo que lo clavará en la sombra, en el fondo de la materia...
Todo malvado engendra, al morir, el monstruo que su vida compuso. El horror sigue al horror. El monstruo está encerrado en su horror viviente: por más que quiera despojarse del espanto, seguirá siendo horrible y castigado. ¡Qué misterio! Tal vez el tigre tiene lástima. El tigre lleva sobre el lomo la sombra de los barrotes de la jaula eterna.
por Víctor Hugo
de Les contemplantions (1856)
1.- Tormenta de ideas…ominosas:
El avión estaba completo. Del aeropuerto de Sydney (Australia), el vuelo 815 de Oceanic Airlines, siempre sale a horario. Después de todo ir de Australia a Estados Unidos (Los Angeles) es un viaje con un recorrido extenso y agotador. Volar, siempre volar. Algunos dicen que es el transporte más seguro, a pesar de las tragedias aéreas que se suceden en un año. Los expertos dicen que nunca tantas como las del tren y obviamente menos, las automovilísticas. En ese vuelo hay una prisionero por un delito que no conocemos; un médico que después de muchas tensiones en su profesión, decide tomar un descanso; una joven muchacha con su hermano adolescente; un señor discapacitado; un cazafortunas; un matrimonio japonés que no sabe ni una gota de inglés; una mujer embarazada de siete meses, madre soltera; un matrimonio que lleva más de treinta años de casados…y así seguirá una lista de personas.
Algo extraño ocurre. El avión se desvía 1600 kilómetros de su destino y atraviesa una fuerte turbulencia. Pierde altitud de manera brusca y el avión por efecto de la súbita despresurización se parte en dos.
Los sobrevivientes recaen en una isla, extraña, amenazante, misteriosa, que se supone se encuentra en algún lugar del Océano Pacífico donde ninguna radiofrecuencia tiene alcance.
Así comienza Lost, serie de la cadena norteamericana ABC que lleva ya cuatro temporadas en el aire y que sus productores dieron como fecha de finalización el año 2010.
Todos sus protagonistas son figuras ejemplificadoras para verificar los efectos del encierro, en este caso obligados por un acontecimiento imprevisto. Foucault denominaría a este proceso, efectos de subjetivización.
En estos casos, donde la libertad está puesta en cuestión, deseo aplicar un concepto utilizado por Freud y que aún mantiene toda su vigencia. Me refiero al concepto de lo ominoso, también traducido por lo siniestro.
Su definición es sencilla. El término en alemán es unheimlich
Algo familiar se vuelve inquietante: Una representación de lo íntimo y familiar, conocida por un sujeto imprevistamente, se instala como extraña e inquietante; siniestra; macabra; asustadora; rara; misteriosa; extraña; fantasmagórica; y ello enmarca diversas connotaciones:
* La sensación de estar frente a lo desconocido deja al sujeto indefenso, pues en lo extraño está lo más indefinible.
* Es algo insidioso, astuto, no se sabe cuando llegará.
* No se sabe de dónde proviene.
* Lo siniestro se edifica en torno al sujeto y es grandioso. Pronto estará próximo y podrá tocarlo.
*Hay un cierto contenido fantasmagórico que lo vuelve inaprensible e inefable, indecidible, y lo dota de cierta irrealidad o de realismo fantástico.
Nominar a lo siniestro como tal, no exige entonces, necesariamente partir desde este concepto asociado a la angustia, sino que entiendo, cuando uno se pierde en cada rodeo de la búsqueda de una representación que resulte verdadera para quien lleva a cabo una obra, que eso mismo, exige tensión.
Concepto este último, entendiéndolo como tendencia, inclinación, ansia, como impulso creador de nuevos paradigmas.
2.- Del sujeto:
Yo quiero. Yo puedo. Yo prometo. Yo hago.
Yo no cumplo, ni quiero, ni puedo, ni hago.
Maneras discursivas para hacer uso de un pronombre singular. Ambivalencias del Yo. Reino de lo imaginario, sede de la imposibilidad, rechazo de los intolerable en la mayoría de los casos y en otros, proyección de la mortificación en el exterior. Desplazamiento que conduce, tarde o temprano, a la locura.
El Yo se consolida cuando a su lado se le suman identificaciones, ideales, explicaciones posibles que provocan como respuesta un fuerte amor a sí mismo o la posibilidad de amar, no sin antes pasar por la desilusión.
El Yo reina o no, puesto que no está sólo en su conformación psíquica.
Muchos filósofos han entendido al Yo de varias formas: Fichte como un Yo empírico; Kant como un Yo trascendental; Dilthey un Yo ficción; Husserl en un Yo que puede quedar por “fuera” y otro por “dentro; Ortega y Gasset como un Existente, un quien que no excluye la posibilidad de un pensamiento construido por su propia realidad. Lacan hacía referencia a ellos cuando señalaba la concepción preanalítica del yo.
Para el psicoanalista francés, es Freud quien provoca una revolución copernicana expresada de manera precisa por el poeta Rimbaud: Je est un autre (el yo es otro).
Un sujeto no es un individuo. El Yo no es sólo la conciencia La perspectiva radica en esta cuestión, pero el mundo cambia y el lugar del Yo está puesto en cuestión por el aturdimiento del presente..
Un sujeto no es una persona. Es una construcción que se articula con otros semejantes desde un discurso. Podemos decir que su unidad mínima es el lenguaje. Síntesis brutal para expresar que el inconciente se estructura a la manera de un lenguaje desde la óptica psicoanalítica y desde la óptica social, un sujeto que se relaciona con otros intentando sostener el lazo constituido con sus pares.
Somos testigos privilegiados de la finalización de un siglo y el comienzo de otro: desconfianza e incertidumbre son las variables que tiñen nuestra vida cotidiana.
El derrumbe del 11-S dio paso al miedo que se hizo carne en los lazos sociales: violencia, secuestros, asesinatos, terrorismo son nombres protagónicos de una sociedad convulsionada donde la declinación de la autoridad, efectiviza un imperio construido en el capricho, sin principios ni ley.
Sin reflexión ni sensatez. Lo familiar metamorfoseado en ominoso, extraño, siniestro.
La humillación de la carencia, lo ilimitado de la precariedad, la suficiencia del egoísmo de algunos pocos, construyen al Yo actual, que denomino Yo líquido, parafraseando a los conceptos de “modernidad líquida” del sociólogo polaco Zygmunt Bauman.
3.- De las modalidades del encierro:
Así como queda expuesto que el sujeto no es un individuo, el encierro no es el castigo por la prisión, sino que mencionamos sus modalidades institucionales: prisión, escuela, fábrica, hospital, ya que brindan materia y producen formas que las organizan.
¿Qué es un menor?
¿Qué significa educar o reeducar a un menor en una categoría a la que puede denominarse encierro?
¿Educar es corregir a cualquier costo?
¿Cómo educar en un contexto de encierro?
Mínimos interrogantes que pueden ser tomados posteriormente para los grupos de trabajo y para la segunda parte de esta jornada.
En el contexto de la ciudad, se llama niños pobres o abandonados “chicos de la calle”. De acuerdo con el sociólogo Marc Augé, creador del concepto “No-lugar”, estos niños deambulan por espacios públicos y son quienes recorren estos no lugares. Desde muy pequeños son desalojados de la norma paterna. Así, mientras un niño de clase social media construye su subjetividad en ámbitos donde las variables se circunscriben fundamentalmente al cuidado, los no lugares transitados por los niños de la calle se dirigen a la fractura producto de la precariedad instalada.
La serie norteamericana mencionada al inicio de esta presentación, empalidece al lado de la película argentina dirigida por Leonardo Favio Crónica de un niño solo.
Su protagonista, Polín, es el representante del no-lugar, al igual que Lito, otro protagonista, esta vez de un relato breve de Haroldo Conti Como un león, pero a diferencia de Polín, Lito encuentra en la escuela una posible contención ante la miseria que tiene frente a sus ojos.
Para finalizar, voy a recordar una solicitada de Foucault que no se encuentra en sus obras escritas. Se trata de un comunicado que apareció en el diario francés Liberation. Allí afirmaba que cualquier criterio acerca de la prisión, no es de modo apto para transformar a un condenado.
¿Dónde está el error? Se pregunta.
¿Castiga? ¿Enmienda? ¿Transforma?, agrego.
En el concepto “cárcel” no hay reinserción ni formación, sino constitución y reforzamiento de un ambiente delictivo. Foucault señala que quien ingresa en prisión por un robo de unos pocos miles de francos tiene más posibilidades de salir convertido en un gángster que en un hombre honrado.
Pensemos: la cárcel dentro de la cárcel, las galerías de alta seguridad que entrañan el riesgo de producir exaltados, el aplastamiento que provoca cualquier pena, de lo que se considere como tal, y el efecto inevitable de falta de deseo, donde la educación debe cobrar una forma efectiva para atravesar toda esa densa capa de una mortificación personal.
Una educación que se cuestione así misma y que encuentre modos posibles de intervención, que nunca serán efectivos del todo, puesto que la estructura psíquica del sujeto es también la “marca del orillo” de cada uno.
A pesar de eso, la educación provoca una salida posible que bascula entre el axioma que enuncia “educa a tus hijos y deja que los maestros los instruyan” con el otro que señala “cuando un hombre comienza al fin a comprender que quizá su padre tenía razón, por lo general ya tiene un hijo que piensa que su propio padre está equivocado”.
Referencias bibliográficas:
Augé, Marc. Los no-lugares. Ed. Gedisa
Balbier; Deleuze; Gluksman; Millar y otros. Michel Foucault, filósofo. Ed. Gedisa.
Barman, Zygmunt. La sociedad sitiada. Fondo de Cultura Económica.
Conti, Haroldo. Cuentos Completos. Ed. Emecé.
Díaz, E. La filosofía de Michel Foucault. Ed. Biblos.
Eribo, Didier. Michel Foucault. Ed. Anagrama.
Favio, Leonardo. Crónica de un niño solo (1964).
Giddens, Anthony. La transformación de la intimidad. Ed. Cátedra.
Hacking, Ian. ¿La construcción social de qué? Ed. Paidós
Lost. Serie televisiva norteamericana. Temporada I.
Malagamba, Mónica.Investigadora y docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Cátedra de Psicología Preventiva.E-mail: moni@netverk.com.ar
Motta, CG; Dobón, J.; Rivera Beiras, I. Sanción: de la pena al acto. Ed. Contemporáneos.
Motta, CG. Marcas de la época, huellas en el sujeto. Ed. Grama.
E-mail: cgmotta@fibertel. com.ar
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