

El sábado 25 de agosto se llevo a cabo una nueva reunión del Seminario Clínico titulada “La angustia no es sin objeto” a cargo del docente de Buenos Aires Patricio Álvarez. La clase giro en torno al capitulo VII, “No sin tenerlo” del seminario X de Lacan.
Álvarez ordenó su discurso en tres puntos: El estatuto del objeto, la topología del objeto, y la clínica del objeto.
El estatuto del objeto.
Volviendo al esquema del espejo tratado en clases anteriores, Álvarez situó ahí el estatuto del objeto freudiano. Aclara que el objeto en Freud tiene 2 versiones que se diferencian principalmente a nivel clínico: El objeto libidinal y el objeto pulsional. Para explicar las consecuencias clínicas que implica esta diferenciación de objeto se remite al caso en el que Freud desconoce aún esta diferenciación, el caso Dora. Y nos dice: “ a Freud se le escapa el campo de los floreros” remitiéndose directamente al esquema óptico.
Otro aspecto señalado es que para Freud la angustia es señal de peligro. La pregunta es: ¿peligro para quien?, respuesta: para el yo. Peligro además interno al yo (pulsión). Ahora bien Lacan cuestiona esto y afirma que es un peligro no para el yo sino en el yo, y no es un peligro interno sino externo, anterior a toda interioridad. Al ser externo no es posible su subjetivacion, no puede ser nombrada. Una vez nombrado ese peligro, deja de generar angustia.
Se hizo referencia a la relación del sujeto con el objeto a que es en función de una vacilación, fading. Álvarez explica que este fading “…en radiofonía es un tiempo de interferencia en el cual el locutor sigue hablando…” pero no es posible escucharlo, algo se ha perdido de su discurso. Con esto se relaciona la creencia de ser amo del yo. El yo en su función de desconocimiento. Aquí se incluyen actos fallidos, lapsus, etc.
En relación al esquema se aclaró que del lado derecho quedaría todo lo percibible, todo lo que se refleja en la imagen del Otro. En este punto Álvarez se detuvo a explicar aquello que para Kant es engañoso en los objetos, a saber, las categorías de espacio y tiempo. Aclarando que Lacan viene a decir que no son categorías lo que esta detrás de los objetos sino aquello que se sitúa con el signo algebraico a. Sabemos con Einstein que el espacio y tiempo son relativos. Todo objeto esta en crisis permanente, son puro semblante. El único no semblante es a. Detrás del objeto no hay nada y esto, continua Álvarez, es la crisis de la razón científica.
Lacan critica su teoría del significante al decir que antes habría señalado que aquello por lo que nos reconocemos como una persona a lo largo del tiempo, aquello que nos permite ser uno era el rasgo unario. Rasgo significante que inaugura la repetición. Pero la repetición nunca es igual, porque el significante nunca es igual a si mismo, no es reproducción. Por lo tanto en este seminario Lacan afirma que aquello que permanece igual siempre, que no cambia, es el objeto a, yo soy igual al objeto a.
A partir de este objeto es que Lacan se refiere al fenómeno de extrañeza. Mi mirada me mira. Se independiza de mí. Fenómeno del doble, emergencia del objeto, donde tiene que aparecer la falta simbolizada (-φ).
La falta permite el armado de la escena. Cuando aparece a, todas las nociones de espacio y tiempo desaparecen, momento en el que me desconozco en el espejo.
Se ejemplifica esto con el caso Juanito nombrado por Lacan en este seminario.
Álvarez plantea que para entender la teoría del objeto en Lacan es preciso considerar,
• el objeto narcisista,
• El objeto de intercambio,
• objetos comunes, a’.
• Y el objeto a.
Entonces, en relación a lo anterior, se remite a lo que Lacan denomina la función sociológica del falo. Es decir, el falo funciona en tanto que velado. En tanto que es aquello que sale de la serie de significantes para darles un valor libidinal. Pero es preciso que no se sepa que es el falo lo que esta por debajo de todo. Cuando el falo aparece no velado, surge la angustia. Entonces el problema del “Complejo de Castración” no es el corte del falo, sino a donde ira a parar aquella parte del cuerpo. “A las manos de la madre” como objeto de intercambio, dirá Lacan, y es esto lo que inquieta.
En este punto se puede decir, ¿que es el a? en realidad no se lo puede nombrar ya que no es especularizable, solo se puede decir que se manifiesta a nivel de la angustia.
Por eso la formulación que usa Lacan es “no sin objeto” ya que la angustia tiene objeto pero no es posible nombrarlo. Es una forma lógica para no decir cual es el objeto. El punto eficaz para el análisis es cuando aparece eso no decible.
Para finalizar este primer punto Álvarez se remite a Miller quien plantea que hasta el seminario X Lacan trabaja con el objeto de la intencionalidad agalmático.
Lacan se refiere a la metáfora de la mano tendida al leño que al momento de alcanzarlo, el leño se inflama y en la llama aparece otra mano tendida hacia la primera. Función ágalma en tanto el elemento objeto se transforma en objeto deseante. La formula de ágalma es en donde φ representa el brillo falico y a es el objeto causa, aquello que despierta pasión.
Topología del objeto
En análisis se hace un corte entre φ y a Función de corte del analista que produce un pasaje del objeto ágalmatico al objeto causa, pasaje entre el goce y el deseo. Esto solo es posible situarlo a nivel topológico. Detrás el objeto causa, y delante el objeto ágalma.
Para explicar esto Álvarez hizo circular la imagen del Cross Cap, figura tomada por Lacan para explicar el elemento no especularizable del objeto a.
Este cross cap esta formado por bandas de moebius unidas unas a otras. Si una hormiga camina por una banda de moebius pasaria de adentro a afuera sin advertirlo, para ella seria todo pura superficie. Con este ejemplo y retomando el esquema óptico Álvarez explica que del lado izquierdo del grafico, el florero es un yo y el borde delimita el no-yo. Pero si se agrega en la boca del florero una banda de moebius, ya no hay diferencia entre yo y no-yo. “Todo el florero es una gran banda de moebius”, es pura superficie, no hay dentro ni afuera. Así se explica que en la angustia no hay categoría espacio- tiempo. Un gráfico en la pizarra aclaraba que del lado izquierdo quedaría el resto a y del derecho el ágalma.
Clínica del objeto
La banda de moebius o el cross cap son inespecularizables y esto es lo que funciona como resto del corte. Resto de la división subjetiva “…ya no es el sujeto quien desea, sino que el sujeto es efecto de que el objeto es el que desea…”explica Álvarez y continua diciendo “cuando alguien dice ‘yo quiero’ esta dentro del agalma, el analista debe ubicarse en el lugar de a”. El analista en tanto a produce el corte del agalma (brillos del saber, cantidad de pacientes, etc) y debe saber de esto para poder manejar la transferencia, tema ejemplificado una vez mas, con el caso Dora de Freud.
Álvarez plantea que el analista ubicado como resto implicaría salirse de la cadena de objetos comunes, objeto agalmatico, en tanto objeto faltante. Pero, además implicaría ubicarse como un cierto objeto inquietante. Lo cual es también la función del perverso. El perverso nunca ve que es objeto causa. Aquí Álvarez hizo circular la imagen del cuadro de Man Ray sobre Sade, como ejemplo.
Entonces en la clínica el objeto pierde su dimensión de causa para pasar a funcionar como resto. Las otras formas en las que el a sale de su función de causa son: en el perverso, en el masoquista, en el acting out, y en el pasaje al acto. Temas a tratar en la clase siguiente.
Julieta Moré